Tipos de laboratorios según su nivel de bioseguridad

En un espacio de trabajo donde se realizan actividades tan complejas, es necesario tener siempre presentes los lineamientos básicos de seguridad para procurar el bienestar tanto de los equipos básicos, por ejemplo, las centrífugas para laboratorio, como de los más complejos, que también pueden encontrar en nuestro catálogo. Hay que recordar que los laboratorios son áreas de trabajo en las que el margen de error debe ser mínimo.

Uno de los principios usados para describir los métodos seguros en el manejo de materiales delicados, infecciosos o inestables es la «contención», cuya finalidad es reducir todo lo posible la exposición de los trabajadores a agentes externos y potencialmente peligrosos. Dicho término no solo debe considerarse en el ámbito de la microbiología, sino también en muchos otros espacios donde existe un riesgo implícito para el medio ambiente.

Por ello, al hablar acerca de los niveles o estándares de seguridad que hay que seguir obligatoriamente, nos referimos a las condiciones en las que son manipuladas las sustancias o agentes biológicos dentro de las instalaciones. Las pautas son establecidas por el dueño de la empresa o el jefe de laboratorio con base en una normativa, mismo que está a cargo de hacer seguimiento a las actividades desempeñadas dentro del espacio de trabajo, el uso responsable del material y equipo para laboratorio por parte del personal, así como de evaluar e incluso anticipar los peligros que puedan llegar a suscitarse.

Y si bien las medidas de bioseguridad pueden variar de acuerdo con las políticas de cada empresa, el reglamento básico tiene importantes antecedentes que han sido asentados en la historia por la Asociación Americana de Seguridad Biológica (ABSA), que fue constituida en 1984 y permitió la redacción de los estatutos que condicionan el correcto proceder en el campo de la química y la microbiología, entre otras industrias relacionadas.

Clasificación de la bioseguridad y tipos de laboratorios

Hay cuatro niveles de seguridad que identifican los tipos de laboratorios, según las prácticas que se lleven a cabo, las técnicas empleadas, los materiales y las combinaciones. Cada proceso está regido por estrictos lineamientos comprendidos tanto por el gobierno del país y sus instituciones, como por la misma industria responsable del laboratorio. De este modo, según el tipo de patología, resistencia antibiótica o existencia de vacunas, se establecerán las prácticas y los términos en los que se conducirán los trabajadores.

  • Nivel 1. Incluye a aquellos laboratorios que manipulan agentes de riesgo mínimo para el personal y la salud pública. Su acceso no suele ser restringido y el trabajo se realiza en mesas estándar. Un ejemplo de ello serían los espacios de trabajo en escuelas e institutos universitarios, donde hay contención por parte del personal calificado y basta con disponer del equipo apropiado para poder ingresar. Se trabaja con medidores, reactivos básicos, en lugar de los más avanzados, como las centrífugas para laboratorio; además, hay instrumentación sencilla y exposición a virus, bacterias y hongos que no constituyen una amenaza para las personas. Las pautas de descontaminación no distan mucho de las recomendaciones comunes para evitar contagios de enfermedades virales, como lavarse las manos y usar jabón.

  • Nivel 2. Existe una importante similitud en relación con el nivel 1, aunque, en este caso, se manejan agentes de riesgo moderado para los trabajadores y el ambiente. Dista de la primera clasificación en el hecho de que el personal debe contar con un entrenamiento para el manejo de sustancias y patógenos, el acceso es solo para quienes estén autorizados, se toman medidas preventivas con relación a los objetos punzantes o cortantes que puedan contaminarse y se establecen procedimientos para atender a quienes puedan salpicarse con las muestras.

  • Nivel 3. En este rango están ubicados los espacios clínicos, médicos-universitarios y de diagnóstico, debido a que los instrumentos para laboratorio que emplean y las muestras que manejan son de alto riesgo para el personal y el medio ambiente. En su construcción se emplea un diseño similar al de las instalaciones clínicas, debido a que contribuye a prevenir la propagación, ya sea por contacto o transmisión respiratoria, de agentes que podrían ocasionar enfermedades graves o potencialmente letales. Los especialistas y trabajadores usan barreras primarias y secundarias de bioseguridad, que son de carácter obligatorio.

  • Nivel 4. Son aquellos laboratorios de máxima contención, por lo que sus espacios están pensados para trabajos de muy alto riesgo. En estos casos, los agentes manejados no poseen antídoto, vacuna o medicamento conocido. No solo se emplea la instrumentación elemental en investigación, como las centrífugas para laboratorio, a fin de estudiar las sustancias químicas, sino también equipos de avanzada tecnología, orientados al estudio de enfermedades virales o bacterianas, elementos de alta toxicidad, entre otros. Y para evitar contaminación por parte del personal o del objeto de investigación, usan herramientas que son actualizadas constantemente.

¿Qué son los grupos de riesgo?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta con una clasificación ampliamente difundida para entender el peligro que supone el contacto con ciertos microorganismos infecciosos; de esta manera, al separarlos en cuatro grupos, resulta más sencillo saber qué pautas implementar y cómo hacerles frente en caso de contagio.

Ante todo, hay que tener en cuenta que las características principales de los patógenos vienen dadas por su capacidad para causar infecciones, provocar enfermedades en seres humanos e incluso animales, su velocidad de propagación y las medidas preventivas.

    Grupo de riesgo 1. Al igual que en el caso de los laboratorios de nivel 1, el riesgo es mínimo, ya que los microorganismos que se manejan no representan una amenaza para la salud. El peligro para la seguridad individual y poblacional es nulo.

  • Grupo de riesgo 2. Aquellos patógenos que, si bien pueden provocar enfermedades en humanos o animales, son muy pocas las probabilidades de que entrañen una amenaza real para la vida del personal de laboratorio y la población. En el ambiente de trabajo puede haber exposición que provoque una infección, pero hay medidas preventivas básicas que pueden frenar un contagio.

  • Grupo de riesgo 3. La OMS considera que, en este punto, hay un riesgo elevado tanto individual como poblacional, aunque las patologías no se propagan de una persona a otra. Suele haber medidas preventivas y terapéuticas que evitarían que un paciente vea su vida en peligro inminente.

  • Grupo de riesgo 4. Abarca los agentes o sustancias de alta toxicidad que se manejan en laboratorios de máxima seguridad. El peligro de muerte es muy alto, de haber contacto, porque no hay antídotos o vacunas. Suelen estar en fase de estudio y, en caso de que representen un riesgo para la vida, los laboratorios manejan la situación de acuerdo con los estándares de nivel 4. En estos casos, el reemplazo de los instrumentos y el aislamiento del personal son la mejor opción.

¿Buscan la mejor alternativa para sustituir sus equipos y herramientas de trabajo de laboratorio? En El Crisol somos una empresa líder en el sector, especialista en ofrecerles productos de la más alta calidad, porque nuestro compromiso es con su satisfacción. Naveguen por nuestra tienda en línea y adquieran las  centrífugas para laboratorio que necesitan, así como otros materiales para garantizar óptimos resultados en cada uno de sus procedimientos.  Para ponerse en contacto con nosotros, llámenos al (55) 5264 5500.