Importancia del control del pH en el ensilaje

El ensilaje es una opción cada vez más usada en la ganadería bovina para contrarrestar los efectos de las temporadas secas, por ejemplo, la falta de forrajes en calidades y cantidades adecuadas y la reducción de la producción de carne y leche. Es una excelente opción para los países que viven entre los trópicos, especialmente en aquellas granjas donde no resulta rentable la cosecha diaria de forraje. No obstante, el ensilado requiere controles para garantizar su calidad, como el control de los niveles de acidez o alcalinidad con un medidor de pH.

El pH ideal en la producción de ensilaje

La elaboración de ensilaje o ensilado es favorable para la utilización y manejo de los recursos tanto de vegetación como de suelo y fomenta la utilización de alimentos regionales, evitando así las importaciones de concentrados. Igualmente, es una excelente opción en aquellas épocas donde es muy baja la generación de pastos. Ha demostrado su eficiencia y efectividad en el almacenaje de alimentos para su uso futuro, especialmente, cuando los ingresos disminuyen o para contrarrestar los efectos de la sequía.

La industria ganadera es uno de los sectores en los que es crucial medir el pH en varios procesos, entre los que destaca la producción de ensilaje. No es un proceso sencillo y requiere que esté constantemente a un pH bajo para que sea de calidad y estable. Esto hace que el entorno sea ideal para el encurtido del forraje y, sumado a la ausencia de oxígeno, evita que se descomponga por la proliferación de microbios, mohos y levaduras.

Lo anterior requiere un medidor de pH, que igual evita que el pH sea demasiado bajo, ya que resulta contraproducente. El nivel de pH del producto terminado oscila entre los 3.7 y 4.7, lo que varía según la materia seca y forraje. Si es más bajo que ese intervalo, significa que la última fase de fermentación está contaminada por bacterias lácticas que toleran los ácidos.

El control del proceso es crucial. Lo primero que se aplica es la toma de muestras al mes de que iniciara el ensilado para conocer su nivel de acidez, debido a que su fermentación inicial se tiene que completar. Tras esta fase, es posible que varíe el pH, por ejemplo, si la conversión del ácido láctico el ácido acético es controlada, debido a la utilización de un inoculante con Lactobacillus buchneri (es posible que haya un aumento ligero del pH, debido a que el ácido láctico es menos fuerte que el ácido acético, aunque este último si actúa como una anti levadura.

Quienes producen ensilaje han reportado que, al usar un pH metro (un equipo de laboratorio en Monterrey ampliamente usado en el sector), el producto con valores muy bajos de pH ocurre ante la falta de materia seca: para que el forraje sea encurtido, es necesaria la producción abundante de ácidos por las bacterias ácido lácticas, lo que, básicamente, consiste en una dilución causada por altos niveles de humedad.

Es importante alimentar cuidadosamente el ensilaje con pH para que no ocurran inconvenientes durante la ingesta, principalmente, la acidosis, que destaca por una gran cantidad de acidez en los líquidos de las reses.

¿Cómo lograr un buen pH para el ensilaje?

Para que el medidor de pH mida caídas rápidas de pH, es importante que la fermentación inicial sea eficiente y acelerada. De esta manera, se evita la proliferación de microorganismos que se descomponen en el ensilaje. Igualmente, preserva tanto la materia seca como los nutrientes y estabiliza el ambiente donde se produce. A ello se suma la disminución en la generación de levaduras, que son los causantes principales de que el producto se caliente demasiado.

Una forma de lograr que el ensilaje llegue a niveles óptimos de pH es la utilización de inoculantes forrajeros. Estos igual mejoran el perfil de ácido para fomentar la estabilidad del producto, preservar al máximo los nutrientes y retener la materia seca. Un buen ejemplo es la bacteria ácido láctica homoláctica Pediococcus. Ayuda a que la fermentación sea rápida y eficiente y a estimularla gracias a los azúcares que producen las enzimas altamente activas.

La selección de un buen inoculante forrajero no es suficiente. Igual es necesario que los productores garanticen el ensilado de cultivo de forraje cuando está maduro y que haya un buen nivel de materia seca. Otros aspectos importantes es optimizar la tasa de densidad y llenado de embalaje, de modo que la fermentación inicie rápidamente y disminuya la proliferación de los microorganismos descomponedores.

Recuerden contar con un buen pHmetro portátil, que es un instrumento con muchas virtudes para determinar el nivel de acidez del ensilado mediante el uso de jugo que secreta. Es posible efectuar la medición en campo y se recomienda que el valor se relacione con el contenido de materia seca, de modo que se determine la estabilidad del producto.

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