Lo que deben saber sobre los medidores de pH

Lo que deben saber sobre los medidores de pH

“Si se vuelve rosa es un ácido y si se vuelve azul es una base”. Probablemente aprendiste esa frase útil alguna vez lo cual no es de extrañar ya que medir ácidos y bases con papel de tornasol es algo que prácticamente todos aprendemos en la escuela. El uso del medidor de pH es bastante amplio ya que es relativamente fácil comparar la pequeña tira de papel húmedo con los colores en un gráfico y averiguar cómo tanto lo ácido como lo alcalino están en la denominada escala de pH. Algunos se preguntarán “¿para qué sirve?”, por lo que para responderles pondremos un ejemplo. Si alguno de nuestros lectores guarda peces tropicales, o si es un jardinero con especímenes que requieren de un suelo con cierto grado de acidez o alcalinidad, hacer las cosas mal puede derivar en riesgos para las plantas y mascotas. Es por eso que mucha gente invierte en medidores de pH para establecer parámetros de acidez o alcalinidad directamente y con precisión.

Ahora bien, ¿cómo funciona un medidor de los niveles de pH? La idea básica del papel tornasol es que cambia de color ligeramente en soluciones con un pH que oscila entre el 1 y 14 y, al comparar el papel con una carta de colores, se puede leer la acidez o la alcalinidad de una sustancia sin la preocupación de no saber cuántos iones de hidrógeno hay. ¿Cómo mide la concentración de iones de hidrógeno? Una solución ácida tiene más iones de hidrógeno cargados positivamente que una alcalina, por lo que posee mayor potencial para producir una corriente eléctrica en una cierta situación, es decir, opera como una batería que puede producir un voltaje mayor. Los medidores de pH se aprovechan de esto y funcionan como un voltímetro: miden el voltaje (potencial eléctrico) producido por la solución cuya acidez nos interesa, lo comparan con el voltaje de una solución conocida y utilizan la diferencia de tensión (o "diferencia de potencial") entre ellos para deducir la diferencia de pH.

¿De qué están hechos? Los medidores de pH típicos tienen dos componentes básicos: el medidor en sí, el cual puede ser un medidor de bobina móvil (es decir, con un puntero que se mueve contra una escala) o un medidor digital (que opera con una pantalla numérica) y una o dos sondas que se colocan en la solución a probar. Para hacer fluir la electricidad a través de algo, se tiene que crear un circuito eléctrico completo; es decir, para hacer que la electricidad fluya a través de la solución de prueba, se deben poner dos electrodos (o terminales eléctricas) en ella. Si el medidor de pH tiene dos sondas, cada una actúa como un electrodo separado, en cambio, si tiene solamente una sonda, ambos electrodos se construyen dentro del medidor por motivos de simplicidad y conveniencia.

Los electrodos no son electrodos normales, es decir, simples trozos de alambre metálico, ya que cada uno actúa como un mini conjunto químico. El electrodo que hace el trabajo más importante, el cual se llama el electrodo de vidrio, cuenta con un alambre eléctrico basado en plata y suspendido en una solución de cloruro de potasio, asimismo, el cual está contenido dentro de una bombilla fina o membrana hecha de un vidrio especial que contiene sales metálicas (a saber, compuestos de sodio y calcio). El otro electrodo se denomina electrodo de referencia y cuenta con un hilo de cloruro de potasio suspendido en una solución del mismo componente (KCl).

Hablemos ahora sobre las ventajas de emplear medidores de pH como los que en El Crisol, ponemos a su disposición.

  1. Exactitud. Los medidores son un método preciso para determinar el pH de un líquido. Mientras que los medidores tienden a ser un poco difíciles de usar simplemente porque tienen que ser calibrados y también mantenidos, en última instancia son capaces de proporcionar las mejores y más exactas lecturas. El número de iones de hidrógeno es realmente cuantificado por el medidor que ofrecemos en El Crisol, inclusive es más perceptible que la utilización de otras formas de lectura del pH. Cabe mencionar que su precisión está valorada en un 100%. La lectura de un medidor a proporciona una mayor precisión que los otros métodos de medición del pH, asimismo, ofrece una exactitud que simplemente sería incapaz de obtener mediante otros métodos.
  2. Accesibilidad y facilidad de empleo. Usar tiras o tubos indicadores de pH puede resultar más desordenado que usar un medidor, pues este último permite insertar la sonda en el líquido a medir de forma sencilla, a diferencia de un indicador que requiere de procedimientos más largos.
  3. Otra ventaja de usar un medidor de pH es que es capaz de eliminar cualquier tipo de variable ajena que puede afectar la calificación general del líquido. La lectura de un medidor es mucho menos subjetiva que la lectura de una tira de pH o indicadores convencionales. Dado que estos últimos pueden proporcionar una gama de colores diferentes, es posible que confundan los resultados debido a lecturas inexactas por variables ajenas.

Esperamos que esta publicación les haya resultado amena y de utilidad, no olviden contactarnos si necesitan un medidor de pH de calidad, a precio justo. Recuerden que si de aparatos y equipos de laboratorio se trata en El Crisol encontrarán los mejores. Manténganse al tanto de las entradas que iremos blogueando. ¡Gracias por su visita!