Limpieza, desinfección y esterilización de instrumentos de laboratorio parte 2

Limpieza, desinfección y esterilización de instrumentos de laboratorio parte 2

En la primera parte de esta entrada hablamos de la importancia de seguir procesos de limpieza, desinfección y esterilización a partir de normas estandarizadas en industrias como la bioquímica, farmacéutica y alimenticia, en las que el manejo incorrecto de instrumentos para laboratorio puede suponer un alto riesgo.

Además describimos las particularidades de la limpieza y hablamos de los diferentes agentes que se pueden emplear para remover los materiales contaminantes adheridos a la superficie de los instrumentos. En esta ocasión explicaremos los diferentes métodos que existen para la desinfección, imprescindibles para el desarrollo correcto de las actividades industriales en los entornos que acabamos de mencionar.

Después de la limpieza de los instrumentos y materiales tiene lugar la desinfección, cuyo objetivo es el de eliminar microorganismos de la superficie para reducir los riesgos de contaminación e infección al contacto con ésta. La elección del método de desinfección depende de las características del material a desinfectar y éstos se pueden clasificar en tres niveles diferentes.

En el nivel bajo encontramos los agentes que reducen los microorganismos, pero que cuentan con poca efectividad contra los hongos, por lo que, por lo regular son utilizados como antisépticos. Los de nivel intermedio tienen la capacidad de eliminar bacterias vegetativas y algunas esporas bacterianas. Finalmente, los de un alto nivel de desinfección eliminan todos los microorganismos, incluso esporas, hongos y virus, por lo que son los más efectivos.

Además de clasificarse según su grado de efectividad, los métodos de desinfección se pueden clasificar en físicos y químicos. En los métodos físicos encontramos la aplicación de calor, la radiación UV y la limpieza. La aplicación de calor, por un lado, recibe el nombre de pasteurización y se aplica por medio del calentamiento de líquidos a una temperatura que se encuentra justo por debajo de su punto de ebullición, por lo regular a 65°C aplicándola a la superficie durante aproximadamente 15 minutos.

El calor puede destruir microorganismos patógenos, pero no esporas y para que resulte efectivo es necesario que los elementos se encuentren limpios, que se sumerjan por completo en agua y que posteriormente se sequen. Una variante a la aplicación de calor por inmersión en agua caliente es el uso de vapor por medio de aparatos especiales llamados autoclaves.

El uso de radiación UV para la desinfección tiene acción sobre los agentes microbianos presentes en las superficies, pero al tener un bajo nivel de penetración no puede ser considerado como un método esterilizante. Finalmente la limpieza como método desinfectante reduce la contaminación y evita que en la superficie se depositen sustancias patógenas y puede ser manual, mediante el lavado con agua y detergente a máximo 45°C, mecánica, con el uso de lavadoras especiales que pasan los instrumentos por un lavado con agua fría, agua caliente y un proceso de enjuague y secado, y ultrasónica, en la que se emplean ondas de 40Khz.

Los métodos químicos que se emplean para la desinfección de instrumentos para laboratorio incluyen el uso de agentes que bloquean la función celular de los microorganismos para producirles la muerte, por lo que algunos de ellos pueden actuar también como esterilizantes según su nivel de acción. En agentes químicos para desinfección encontramos los compuestos clorados, los aldehídos, alcoholes, los amonios cuaternarios, los compuestos fenólicos y los biguanidos. Por un lado, los aldehídos tienen un alto nivel de desinfección y actúan sobre las enzimas celulares, por lo que son efectivos para eliminar bacterias, esporas, virus y hongos.

Entre los aldehídos más utilizados se encuentra el glutaraldheído y el formaldehído. El glutaraldehído se utiliza para desinfectar materiales que son sensibles al calor y funciona como esterilizante, siendo el único efectivo si se aplica en frío. El tiempo de contacto del glutaraldheído depende del tipo de microorganismos que se deseen eliminar y cuando se utilice para esterilizar no se deben mezclar instrumentos de aluminio con instrumentos de acero para evitar que reaccionen entre sí.

El formaldehído puede utilizarse en forma líquida o gaseosa y su nivel de desinfección varía según la temperatura a la que se utilice. Mientras a temperatura ambiente sólo tiene acción desinfectante, a los 80°C su penetración aumenta y puede esterilizar las superficies. Sin embargo, al evaporarse emite gases que irritan las mucosas, los ojos, la piel y la nariz, por lo que es necesario utilizar protección y la exposición del personal que lo utilice está limitada a 1ppm por 8 horas de trabajo.

Otro agente desinfectante de alto nivel es el peróxido de hidrógeno que actúa por inmersión en una solución al 6% durante 10 minutos. Asimismo puede utilizarse como antiséptico en su presentación comercial del 30%. El ácido peracético se emplea para eliminar esporas y virus y resulta efectivo a bajas temperaturas, pero no resulta eficaz para desinfectar objetos de goma y es altamente tóxico.

Por otra parte, los derivados fenólicos tienen un nivel de desinfección intermedio, pero debido a que presenta un olor desagradable, a ser muy irritantes y por dejar residuos no son muy utilizados para desinfectar superficies. Los derivados fenólicos no resultan efectivos en presencia de derivados alquílicos, halógenos ni en derivados de ácido hidroxibenzoico, lo que se debe tener en cuenta antes de emplearlos. Como desinfectantes se utilizan en hospitales, en laboratorios, suelos y paredes y en instrumentos médicos no críticos, así como para desinfectar materiales de desecho bactereológico.

Como antiséptico se utiliza en la antisepsia quirúrgica de manos y de la piel. El cloro se utiliza también como desinfectante de nivel intermedio, actúa sobre bacterias, hongos y virus y en soluciones se deben preparar diariamente. Es importante que al utilizar cloro las superficies no tengan materia orgánica, pues consumen el cloro, además se debe tener cuidado al manejarlo, ya que es corrosivo e irrita las mucosas y el aparato respiratorio.

Los compuestos de amonio cuaternario tienen acción tensoactiva y son un buen agente de limpieza con amplio espectro de acción. Sin embargo, no presentan acción sobre esporas bacterianas y su actividad contra virus es baja. Los biguanidos, aunque no actúan sobre esporas se utilizan en el lavado quirúrgico y clínico de manos por su acción rápida. Finalmente, los alcoholes son antisépticos y desinfectantes a concentraciones de 60° y 95°, pero no son activos en presencia de materia orgánica e irritan las vías respiratorias, las mucosas, los ojos y la piel.

Para la desinfección de instrumentos de laboratorio es importante que sólo se utilice un desinfectante a la vez, que la preparación de las soluciones se haga en recipientes limpios, que no se mezclen agentes desinfectantes entre ellos ni con detergentes, a excepción del alcohol, que los envases vacíos no se rellenen y que se tenga control sobre la fecha de vencimiento de cada producto.

Factores como el tiempo de contacto, temperatura, concentración, pH, forma de aplicación, estabilidad, estabilidad microbiana y la influencia que las sustancias orgánicas pueden tener sobre el desinfectante se deben tomar en cuenta al momento de elegir el desinfectante químico a emplear. En próximas entradas hablaremos de los métodos de esterilización y de las normas vigentes que regulan la limpieza, desinfección y esterilización de instrumental en diferentes industrias.