La ciencia detrás del e-Liquid de los cigarros electrónicos

Ya sabemos que, con equipo de laboratorio en Guadalajara, así como otras ciudades del país donde El Crisol tiene presencia, se pueden lograr maravillas, auténticas soluciones innovadoras para impactar en el estilo de vida del ser humano. Uno de esos productos que ha venido a revolucionar el mercado, las interacciones sociales e incluso la industria del tabaco es el cigarro electrónico, un dispositivo que fue lanzado hace más de una década, pero del que muchas personas siguen hablando por su funcionalidad y prestaciones.
Bien sea por necesidad, curiosidad o moda, no cabe duda de que los cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapeadores, han encontrado su lugar en un sector que siempre dio visos de ser muy estable. Desde el siglo XV, el tabaco ha sido un producto en la palestra de los más vendidos dentro del comercio internacional, dando cabida a un sinnúmero de marcas alrededor del mundo que facturan millones de dólares anualmente. De hecho, el Consejo Mexicano contra el Tabaquismo aseguró en 2017 que cada seis segundos muere un fumador, lo que les reporta a los productores de tabaco una ganancia de 10,000 USD.
Por su parte, la entidad indicó que una Encuesta Global del Tabaquismo en Adultos ha arrojado que, en México, alrededor de 30% de los adultos fuman tabaco; de ellos, 7.6% son fumadores constantes que invierten en varias cajetillas de cigarrillo al día y gastan, en promedio, 297 pesos mensuales, una cifra bastante alarmante para la comunidad médica si tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que, anualmente, 6 millones de personas pierden la vida por enfermedades derivadas del tabaquismo, en función de una serie de estudios llevados a cabo con equipo de laboratorio.
Por si fuera poco, las seis compañías tabacaleras más importantes de los Estados Unidos, que también son las más afamadas del mundo, tienen un valor conjunto de 661 mil millones de dólares, lo que equivale al 3.6% del PIB nacional de los Estados Unidos tan solo para el 2016.
Innovación detrás de la nicotina
Entonces, ¿qué rol desempeña el cigarro electrónico para hacer frente a un sector económico e industrial tan prolífico como el del tabaco? Con la certeza de que el consumo de cigarrillos es nocivo para la salud y que es responsable de tantos decesos cada año, se han hallado nuevas y mejores maneras de consumir nicotina con equipo de laboratorio en Guadalajara, el resto de México y el mundo, ganando terreno con el paso de los años frente a su directo competidor. Ya sea mediante los dispositivos para calentar tabaco o los vapeadores, que es el tema que nos compete en este artículo, los fumadores cuentan con una extensa amalgama de productos variados e innovadores a su entera disposición.
¿Qué es el cigarro electrónico?
También conocido como vapeador o dispositivo de vapeo, se trata de una tecnología desarrollada en China y patentada en el año 2003 que funciona gracias a un sistema electrónico de inhalador con la finalidad de simular el consumo de tabaco, sin tener que generar la combustión que tan perniciosa resulta para la salud. Estos pequeños equipos, que caben en la palma de la mano y pueden recargarse como se haría con un teléfono celular, emplean una resistencia, es decir, una batería que caliente y vaporiza la solución líquida, muchas veces saborizada, que viene dentro del cartucho reemplazable.
La solución líquida que viene dentro del cartucho en los sistemas POD, conocida también como e-Liquid o líquido de vapeo, es la que permite las emisiones de vaho que emulan el acto de fumar. Estas sustancias líquidas contienen propiedades especiales, que, según se especula en el sector de los cigarros electrónicos, tienen propiedades para ayudar a los dependientes del tabaco a dejar el hábito; no obstante, hay que tener presente que la ciencia médica en ningún momento ha demostrado que los vapeadores sirvan para sobrellevar los efectos de la abstinencia. En todo caso, los químicos contenidos en el líquido de vapeo ejercen un efecto placebo que permite abandonar el consumo de cigarrillos.
¿Qué es el e-Liquid?
El líquido de vapeo es una sustancia compleja que se logra gracias al material de laboratorio idóneo, motivo por el que ha ganado tanto peso a nivel comercial en México. En términos simples, es lo que produce el vapor cuando se inhala. Viene en diferentes presentaciones y con distintos sabores, al igual que con variaciones en los niveles de nicotina, desde 36 mg/mL hasta una ausencia total de este ingrediente tan adictivo. Los niveles de nicotina pueden usarse para reducir o dejar la adicción al tabaco, aunque esto dependerá de las circunstancias de cada fumador, porque un consumo excesivo puede ser pernicioso.
¿De qué está compuesto el líquido de vapeo?
Tenemos claro que el e-Liquid ofrece muchas prestaciones y que es una sustancia compleja que ayuda a inhibir la necesidad de seguir fumando. Pero ¿qué hay detrás de su fabricación? Las primeras investigaciones en torno a la composición química del vapor de los cigarros electrónicos fueron llevadas a cabo por Laugesen, entre 2008 y 2009; desde entonces, otros organismos de carácter nacional, como el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), han llevado a cabo estudios con equipo de laboratorio en Guadalajara y otras ciudades del país para determinar la composición de los vapeadores y su impacto en el bienestar general.
La temperatura de la resistencia del vapeador testado por Laugesen fue de 54 °C durante su activación, es decir, de un 5 a 10% de la temperatura de combustión que suele alcanzar un cigarrillo común. No se detectaron químicos tóxicos o letales para la salud humana, como metales pesados, fenoles o hidrocarburos policíclicos aromáticos, con la excepción de ciertas cantidades de mercurio y trazas de formaldehído y acetaldehído. Hay que considerar que el ingrediente principal del líquido para vaporizar es propilenglicol o Glicol de Propileno y, aunque la mayoría de los ingredientes del e-Liquid se consideran aptos para el consumo, en conjunto, pueden ser tóxicos en ciertas cantidades. Laugesen también comparó las emisiones de los cigarros electrónicos con las de los cigarrillos convencionales, llegando a la conclusión de que los vapeadores tienen niveles mínimos de toxicidad en la mayoría de los casos, mientras que el tabaco convencional alcanza un nivel entre 100 y 134.
Aun así, no hay que confiarse. La mayoría de los especialistas coinciden en que el rubro de los cigarrillos electrónicos sigue siendo terreno inexplorado y resta por hacer muchos estudios a largo plazo para entender sus efectos en la salud de los consumidores. La FDA también realizó análisis químicos con base en e-Liquids que contenían propilenglicol, glicerina vegetal, agentes aromáticos y nicotina en una concentración promedio entre 0 y 18 mg/mL, empleando muestras de dieciocho marcas comerciales, gracias a lo cual se pudo detectar la presencia de nitrosaminas específicas del tabaco (TSNAs), es decir, compuestos orgánicos que pueden efectuar mutaciones puntuales en los nucleótidos del ADN, derivando en la aparición de neoplasias, por lo que se ponderan como carcinógenos.
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