Descubran la importancia de los reactivos en el tratamiento de aguas
La química moderna ha permitido al rubro científico poder detectar miles de productos químicos en el agua, incluso en mínimas concentraciones, con la finalidad de que esta sea apta para el consumo humano. En este proceso, los reactivos para laboratorio desempeñan un papel fundamental, porque son ellos los que contribuyen a identificar microorganismos o diversas sustancias. La creciente lista de tipos de análisis disponibles puede parecer abrumadora, pero las industrias modernas avanzan al mismo ritmo que la ciencia, y un conjunto pequeño de pruebas puede ser muy práctico para que puedan hacerse una idea general de la calidad química del agua para los efectos de monitoreo.
Los métodos típicos para llevar a cabo pruebas de campo, usadas para monitorear la calidad del agua, requieren de material de laboratorio básico y se dividen en tres categorías. En principio está el método de cintas reactivas, que cambian de color para indicar la concentración de un producto químico específico; los kits de discos de colores se encuentran disponibles para una amplia gama de pruebas y funcionan al añadir un paquete de polvo o unas pocas gotas de un reactivo líquido a una muestra de agua en un tubo de plástico; y los instrumentos digitales portátiles permiten examinar el agua con medidores electrónicos livianos. Estos son los que proporcionan resultados más precisos, pero también son los más delicados, por lo que los reactivos siguen estando a la vanguardia.
Tras haber identificado varios tipos de análisis, la pregunta acerca de lo que se busca en el agua persiste. La UNICEF prioriza el monitoreo químico de fluoruros, arsénico y nitratos, sustancias muy tóxicas y, por ende, dañinas para el organismo de seres humanos y animales. Sin embargo, estas sustancias pueden estar presentes en zonas donde la tierra es naturalmente rica en minerales que contienen flúor y arsénico. Para saber si estos elementos están presentes, nuevamente entran en juego los reactivos químicos, como el kit de prueba de discos de colores.
Además, otros aspectos a considerar en el tratamiento de aguas son el pH y la cloración. El pH se determina gracias a diversas tiras reactivas y pruebas reactivas que indican el nivel de acidez o basicidad del líquido, es una medida de nivel de concentración de iones de hidrógeno y no es un contaminante, pero sí representa una variable química maestra, porque afecta el comportamiento de otros componentes, como la eficacia del cloro residual contra la contaminación por parte de microorganismos. La cloración, por otro lado, se mide a través de instrumentos de laboratorio, como las tiras reactivas y los discos de colores.
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