Componentes de los materiales de laboratorio más comunes
Si eres laboratorista, es seguro que tengas un absoluto conocimiento sobre el manejo de los materiales de laboratorio y de las herramientas que en éste se ocupan día con día. Sin embargo, es difícil que los estudiantes o novatos en este tema tengan conocimiento sobre dichos materiales; sobre cómo están fabricados, cómo es que se utilizan y por qué aunque sean del mismo material no pueden utilizarse de la misma manera, o por qué deben utilizarse cierto tipo de diseños para poder realizar cierta reacción.
Muchas veces se piensa que los componentes con los que los materiales para laboratorio están fabricados no tienen que ver con las reacciones que se buscan en un laboratorio; esto es un error, pues el material, el diseño y la densidad de dichos materiales son importantísimos para llevar a cabo de manera correcta los procesos de laboratorio.
Cada instrumento utilizado en el laboratorio tiene características especiales, con las que ha sido diseñado para poder llevar a cabo diversos experimentos, y crear las reacciones específicas de las sustancias con las que se está trabajando. También, cada una de ellas tiene un propósito especial y no debe usarse para ningún otro, el conocimiento hará que los resultados sean exactamente los que se están buscando.
Cuando pensamos en materiales de laboratorio, inmediatamente vienen a nuestra mente los matraces o recipientes de vidrio, pues son los más representativos. Normalmente, creemos que todos están hechos del mismo material, pero la verdad es que existen dos tipos de vidrio para su fabricación, y de ellos depende la resistencia a los procesos químicos a los que serán sometidos; uno de ellos es el vidrio sódico y el otro es el vidrio de borosilicato.
Comenzaremos a describir el uso más común del vidrio sódico: Este tipo de vidrio es el más común en la industria de los laboratorios, es usado incluso en el área de cocina, en el mercado de la coctelería, y en las ventanas de nuestros hogares. Éste no es tan resistente a los cambios de temperatura, por lo que es generalmente utilizado como contenedor o recipiente para hacer mezclas que no requieren de una cocción, o para la protección del laboratorio, como para las puertas o ventanas del mismo.
En cambio, el vidrio de borosilicato está hecho especialmente para soportar perfectamente las condiciones de trabajo de un laboratorio. Este tipo de vidrio está hecho con componentes de óxido de silicio y boro, mismos que dan a este material una resistencia ideal para soportar altas temperaturas y sustancias altamente corrosivas y tóxicas; asimismo, soporta a la perfección los choques térmicos, y tiene una excelente resistencia a la dilatación.
La mayor parte de los materiales de laboratorio están fabricadas con este tipo de vidrio, entre ellos se encuentran las pipetas, matraces, probetas, tubos de ensayo y vasos de precipitado, ya que este material les permite contener, como habíamos comentado, todo tipo de materiales y generar un sinfín de reacciones, sin sufrir un cambio en su estructura.
Otro de los materiales básicos en los procesos de laboratorio es el corcho; puede parecer extraño y hasta pasar desapercibido, pero tiene una función bastante importante. Este material está fabricado con suberina, celulosa, ceras, polifenones y otros compuestos que le otorgan una elasticidad óptima, aislamiento térmico e impermeabilidad; propiedades que son de gran ayuda dentro del trabajo de laboratorio. Además, el corcho es un excelente aislante acústico y térmico; de él se componen casi todos los tapones, pues sellan a la perfección todos los contenedores de laboratorio.
Por otro lado, otro material que no puede faltar dentro del laboratorio es el hule ya que, por su maleabilidad, este polímero es uno de los básicos. Hay varios tipos de hule, y por su composición sirven para diversas tareas dentro de los laboratorios. Uno de ellos es el hule natural, que tiene una elasticidad y resistencia excelentes, aunque no es tan resistente como otros y no soporta sustancias altamente corrosivas ni temperaturas altas, por lo que es utilizado como tapón para los contenedores, mangueras o peras de succión.
Además, existen otros tipos de hule como el nitrilo, silicona, cloropreno, vitón, y algunos tipos de caucho que tienen propiedades que son muy apreciadas para el trabajo dentro de un laboratorio; estos suelen ser bastantes resistentes a las altas temperaturas, al aceite, a la abrasión, ya que son sumamente resistentes y pueden soportar incluso procesos de combustión.
El plástico es también uno de los materiales indispensables dentro de un laboratorio. Dentro de los tipos de plástico más comunes en los laboratorios podemos encontrar los de polietileno de alta y de baja densidad, policarbonato, poliestireno, polipropileno (PP), polimetilpentano, politetrafluoroetileno, y el polietilentereftalato; por lo general, este tipo de plásticos son transparentes y muy maleables, tienen una gran resistencia a los procesos químicos y a los cambios drásticos de temperatura, y también soportan altas temperaturas, son excelentes aislantes térmicos y pueden encontrarse como frascos, embudos, bolsas contenedoras, cápsulas y carcasas de equipo eléctrico o aparatos especializados.
Por último, los materiales de laboratorio tienen dentro de su grupo a las sustancias, compuestos y reactivos utilizados en los procesos químicos propios de los laboratorios; estos materiales son de diversos orígenes, y constituyen la materia prima para crear un sinfín de componentes.
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