Tipos de vidrio utilizados en el material de laboratorio

Tipos de vidrio utilizados en el material de laboratorio

En la fabricación de material de laboratorio se emplean diferentes tipos de materiales que reúnen las características necesarias para permitir, de manera segura, el trabajo al interior de los laboratorios de diferentes sectores. El vidrio es uno de los más utilizados y todos aquellos materiales que se constituyen principalmente de vidrio son conocidos por el nombre de vidriería de laboratorio o material de vidrio.

Existe una serie de requerimientos básicos que debe reunir el vidrio para poder ser empleado en la fabricación de material de laboratorio, y uno de los más importantes es que sea resistente al calor, es decir, refractario. Esta y otras características varían según el tipo de vidrio utilizado, y en uso para laboratorio se distinguen dos clases: el vidrio de sosa y cal, o vidrio común, y el vidrio borosilicato o vidrio pyrex. A continuación hablaremos de las propiedades de cada uno de ellos para que la próxima vez que tengas que adquirir materiales de laboratorio tengas más claridad respecto a cuáles elegir.

Por un lado, el vidrio de sosa y cal presenta en su composición entre el 71% y el 75% de arena, entre un 12% y un 16% de bicarbonato sódico y entre 10% y 15% de cal. Las características del vidrio varían dependiendo de su composición pero en general, el vidrio de sosa y cal es sensible a los cambios de temperatura, razón por la cual su uso se encuentra limitado en la fabricación de material para laboratorio y otro tipo de objetos que se utilizan de manera cotidiana. La mayoría de los vidrios de fabricación industrial presentan esta composición y se emplean para hacer frascos, botellas, vasos y vidrios planos, objetos prensados, soplados y ligeros que no exijan una gran resistencia al calor ni resistencia química.

El vidrio de sosa y cal es el más fácil de fabricar y usualmente, a su composición básica se le incorporan otros elementos para modificar algunas de sus propiedades, por ejemplo, se incrementa su resistencia química, con lo que se vuelve un material más duradero, o se reduce su punto de ablandamiento, para incrementar su índice de refracción.

Mientras tanto, el vidrio de borosilicato tiene una mayor resistencia química que el vidrio común, una gran resistencia al calor y a los cambios de temperatura. En su composición se puede encontrar entre un 70% y un 80% de arena, de un 7% a un 13% de trióxido de boro, entre el 4% y el 8% de óxido de sódico y óxido potásico y finalmente entre el 2% y el 7% de óxido de aluminio. Gracias a sus propiedades, el vidrio de borosilicato es ampliamente utilizado en las plantas de producción del sector químico, en la industria farmacéutica, en materiales para laboratorio e incluso en la manufactura de lámparas y moldes de horno.

El vidrio de borosilicato en el laboratorio es empleado para manufacturar matraces aforados, buretas y probetas graduadas, principalmente, aunque para ello debe sujetarse a las normas vigentes. La razón por la que este tipo de vidrio presenta sus propiedades de resistencia a las altas temperaturas y sus cambios bruscos se debe a la manera en que sus componentes se comportan. El trióxido de bismuto, por una parte, debilita la estructura de la red de sílice y reduce el punto de reblandecimientos de los vidrios fabricados de sílice, obteniendo así propiedades como baja expansión térmica, buena resistencia química, alta resistencia dieléctrica y elevada temperatura de ablandamiento.

A pesar de que el vidrio de borosilicato ofrece notables ventajas sobre el vidrio común de sosa y cal, es más difícil trabajar con él puesto que tiene una alta temperatura de ablandamiento. Entre los usos más comunes que se le da a este tipo de vidrio se encuentra la fabricación de materiales de vidrio para laboratorios, termómetros para medir temperaturas elevadas, en fabricación de tuberías industriales, hornos, en espejos de telescopios, en bulbos para lámparas que alcanzan altas temperaturas, en la fabricación de utensilios para cocina y en tubos electrónicos de alto wattaje.

Además de los vidrios que se utilizan para la fabricación de material de laboratorio que acabamos de mencionar existen otros que se emplean en menor medida. Un ejemplo es el vidrio de aluminosilicato sin boro, un vidrio de alta resistencia química y baja expansión que es más fácil de fabricar que el de borosilicato y se emplea especialmente en aplicaciones que requieren de altas temperaturas o resistencia a los álcalis. El vidrio de aluminosilicato tiene mayor expansión térmica que el de borosilicato, pero de cualquier modo se emplea en aplicaciones semejantes, además de en la fabricación de tubos de alto rendimiento para el ámbito militar y en tubos para ondas viajeras.

Otro ejemplo son los vidrios ópticos, los que presentan diferente composición que les otorga un índice de refracción de luz mayor y que tienen un amplio uso en la fabricación de espejos, lentes y prismas. Finalmente se encuentran los vidrios especiales con composiciones de lo más diversas para darles las características necesarias para aplicaciones particulares. En esta categoría se incluyen vidrios semiconductores, vidrios ópticos de alta refracción y baja dispersión, vidrios para la absorción de rayos gamma o rayos X, vidrios absorbentes de neutrones, vidrios transparentes al infrarrojo, vidrios fotosensibles y vidrios fotocromáticos, entre otros.

Para elegir el material de laboratorio se recomienda tener presente el tipo de uso que se le dará y consultar las especificaciones técnicas del producto, de esta manera podrás tener la seguridad de que te resultará funcional y se disminuirán los riesgos que pudieran derivarse de su utilización. Recuerda que en El Crisol contamos con un amplio catálogo de materiales para laboratorio de la más alta calidad, contáctanos para solicitar información detallada acerca de los productos que ponemos a tu disposición, con gusto te atenderemos.