Tipos de agua utilizados en los laboratorios y reactivos para analisis de agua

Tipos de agua utilizados en los laboratorios y reactivos para analisis de agua

Existen varios tipos de pureza del agua, que se determinan por los reactivos para análisis de agua que se utilizan en los laboratorios para una amplia variedad de aplicaciones, como el enjuague de los vasos de precipitado, en el uso de reacciones químicas, para la limpieza de productos, entre otras actividades. Cada tipo de agua tiene diferentes características fisicoquímicas y reacciona de forma diferente en cada ambiente.

Decidir el tipo de agua que necesiten para sus aplicaciones en específico puede ser todo un desafío; por lo que es fundamental conocer los tipos de agua que pueden utilizar y qué reactivos deben utilizar para su análisis, de forma que determinen si cumple con las características necesarias para sus actividades en los laboratorios.

¿Cómo se evalúa y define la pureza del agua?

Para poder implementar un sistema de clasificación para la pureza del agua, deben tener en cuenta una amplia variedad de factores clave, que pueden describir las diversas propiedades que tiene cada tipo de agua. Uno de los más importantes es la conductividad del agua, que se mide en microSiemens por centímetro (μS/cm) en agua a 25° C y es el recíproco de la resistencia y proporciona una medida de la capacidad de un fluido para conducir la corriente eléctrica. La conductividad se usa típicamente cuando se evalúa el agua que va desde "agua cruda" hasta "agua potable" y proporciona una indicación valiosa e inespecífica del nivel de iones en el agua.

Una segunda prueba que se realiza es la resistencia eléctrica del agua, que se mide en MegaOhms por centímetro (MO-cm) en agua a 25° C, la resistencia está relacionada con la conductividad: una alta resistencia es igual a una baja conductividad. Como tal, también proporciona una medida del contenido iónico del agua; a diferencia de la conductividad, la resistencia se usa principalmente en la evaluación del agua ultrapura.

Asimismo, se deben medir los niveles de compuestos orgánicos en agua, que pueden existir en el agua en numerosas formas, por lo que no es práctico medir cada uno individualmente. En cambio, se considera que el indicador más útil es el contenido total de carbono orgánico de la solución, esto se mide a través de un proceso que oxida los compuestos orgánicos presentes, y luego cuantifica los productos de oxidación generados. Alternativamente, las técnicas cromatográficas se pueden emplear para determinar los detalles del contenido orgánico, pero esto se considera frecuentemente demasiado costoso y lento.

De igual manera se debe determinar la calidad del agua, es necesario medir la contaminación biológica. La presencia de contaminantes biológicos, como bacterias y otros microorganismos, es un problema común en el agua no tratada. Los niveles bacterianos informados como unidades formadoras de colonias por mililitro se mantienen bajos mediante filtración, tratamiento con UV y soluciones esterilizantes.

Después de un periodo de incubación en medios de crecimiento adecuados, se pueden determinar las especies bacterianas individuales y los recuentos totales de células viables. El recuento de bacterias también se puede controlar mediante el uso de pruebas de epifluorescencia para detectar y distinguir rápidamente entre microorganismos muertos y vivos.

Por último, debe establecerse la presencia de coloides en el agua del laboratorio. Las partículas suspendidas pueden causar turbidez en el agua, por lo tanto, se filtran del agua de laboratorio tanto como sea posible. Este material coloidal se define como de menos de 0,5 μm de tamaño y puede contener hierro, sílice, aluminio o materiales orgánicos. El índice de contaminación se utiliza con frecuencia para estimar el potencial del agua para bloquear en filtros en condiciones de 0,45 μm.

¿Qué tipo de reactivos para análisis de agua deben elegir?

Existen reactivos en una amplia variedad de presentaciones, que varían tanto en presentación, características químicas, vida útil en almacenamiento y aplicación; para obtener los resultados más precisos, los reactivos de tableta son la mejor forma de reactivo, que en promedio tienen una vida útil garantizada de cinco a diez años. Cada tableta puede encontrarse en una presentación individual sellada en papel de aluminio, eliminando la posibilidad de envejecimiento del indicador, o en paquetes con un mayor número de productos.

Las tabletas también tienen una mayor precisión en cuanto a su fabricación: la cantidad de reactivo contenida en cada tableta se dosifica de forma extremadamente precisa, en comparación con los reactivos en polvo. Sin embargo, la desventaja es que deben ser aplastados con diferentes objetos contundentes antes de su uso.

Por otra parte, los reactivos en polvo son más cómodos de usar, ya que no requieren trituración. Sin embargo, a menudo son menos precisos que las tabletas y el empaque también puede crear más basura, pero es ideal para las aplicaciones donde se requiere una mayor rapidez de reacción.

También se pueden encontrar los reactivos líquidos, que son los mejores para usar cuando se usan mezclas más complejas de reactivos, por ejemplo, las pruebas de tubo en donde se hace la medición de pruebas más complejas sean más fáciles y más precisas, ya que los productos químicos ya están mezclados con precisión, sin embargo son caros.

El tipo de reactivo en específico a elegir dependerá del uso que se le dará y la variable que desean determinarse. Los reactivos reaccionan a muchas sustancias, desde los microorganismos, sales, minerales, contaminantes, niveles de pH, entre otros; de acuerdo con su función, pueden encargarse de modificar el agua para que cuente con las características que requieren, detectar elementos en específico o eliminarlos.

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