Importancia de la limpieza, desinfección y esterilización del material para laboratorio

Desde que en el siglo XIX se demostró la existencia de microorganismos y en específico, de bacterias responsables de miles de enfermedades, se ha dado gran importancia a la limpieza e higiene, especialmente en ámbitos donde existe un alto riesgo de contagio por infecciones, como es el caso de los entornos médicos y laboratorios. Como respuesta a esto se comenzaron a implementar diferentes técnicas para la limpieza de instrumental médico y material para laboratorio, mismas que se han ido desarrollando con el paso del tiempo.

Con el descubrimiento de los efectos de diferentes sustancias e invención de equipos especializados, hoy en día es posible alcanzar un alto nivel no únicamente de limpieza, sino también de desinfección y esterilización. Al inicio la sustancia empleada para llevar a cabo la limpieza en los entornos de mayor riesgo era el fenol y más tarde, con la invención de los primeros guantes de goma, que se hervían antes de utilizarse, se reforzaron las medidas de higiene. En la actualidad los materiales empleados para la fabricación de guantes son de lo más diversos y resisten diferentes tipos de agentes mecánicos, físicos y químicos que pueden dañarlos, y las sustancias empleadas para la limpieza se encuentran en productos con fórmulas especiales diseñadas específicamente para limpiar y desinfectar ciertos materiales, de modo que no resulta difícil encontrar elementos de limpieza y desinfección adecuados para las necesidades particulares de cada entorno.

La limpieza, desinfección y esterilización son tareas fundamentales para reducir los riesgos en entornos donde se presenta una alta carga microbacteriana, principalmente aquellos asociados con la contaminación. Por tanto, como parte de los programas de limpieza y seguridad en la industria farmacéutica, alimenticia, bioquímica y en entornos de servicios sanitarios, se deben implementar procesos que garanticen que tal limpieza, desinfección y esterilización se realicen de manera correcta, según las características específicas del tipo de trabajo realizado en cada entorno. Para comenzar se debe realizar un lavado de instrumental y material para laboratorio. Una vez hecho esto, se puede proceder a su desinfección, y en caso de ser requerido, a su esterilización. Todas estas tareas en los entornos que acabamos de mencionar se encuentran reguladas por una normativa estandarizada y en todo caso están a cargo de personal capacitado para llevarlas a cabo de manera satisfactoria.

Lo primero que se tiene que hacer para que las tareas de limpieza, desinfección y esterilización sean efectivas, es tener claridad respecto a lo que quiere decir cada uno de estos conceptos, pues llega a resultar bastante común que sean tomados como sinónimos. A grandes rasgos, lo que distingue cada uno de estos términos es la acción que tienen sobre los microorganismos que se encuentran presentes en instrumental y material, para lo que, como ya mencionamos, se aplican técnicas y sustancias específicas. La limpieza, considerada el paso inicial e imprescindible para para los procesos de desinfección y esterilización, consiste en la remoción de sustancias y materiales que se encuentran adheridos en instrumentos, materiales y superficies de trabajo utilizados en la industria. Para llevar a cabo la limpieza se recomienda utilizar agua, una solución de detergente y productos especiales formulados a base de enzimas para reducir la contaminación bacteriana entre tres y cuatro logaritmos. Si bien, podría pensarse que la limpieza no tiene un gran impacto sobre el contenido de microbacterias en el material, es imprescindible que se realice correctamente pues de lo contrario los esfuerzos de desinfección y esterilización son inútiles. Esto se debe a que la suciedad contenida en las superficies crea una barrera que impide la acción de los agentes desinfectantes y esterilizantes.

Después de realizar la limpieza, se puede proceder a la esterilización. Con una correcta esterilización la contaminación microbiana se reduce entre tres a cinco logaritmos. La desinfección permite destruir agentes contaminantes que se encuentren en formas vegetativas, sin embargo, el procedimiento no tiene acción sobre las esporas bacterianas, por ello es necesario recurrir a la esterilización. La seguridad de la desinfección es de 1 en 1,000, mientras que la de la esterilización es de 1 en 1, 000, 000, reduciendo en seis logaritmos la contaminación inicial. Es a través de un adecuado proceso de esterilización que los objetos quedan libres de cualquier microorganismo contaminante, ya sea que se encuentre en estado activo o latente.

En lo referente al tipo de sustancias utilizadas en cada uno de estos pasos, los productos utilizados en la limpieza deben reducir la concentración de residuos orgánicos, como proteínas, glucosa, grasas y aceites, al igual que residuos inorgánicos, como minerales y orina. Esto quiere decir que los agentes empleados en la limpieza tienen que ser emulsificantes tensoactivos, pues tienen una mayor superficie de contacto y suspenden los residuos en el agua sin que exista riesgo de que vuelvan a impregnarse a la superficie de la que fueron desprendidos. Los agentes que cumplen con estas características son las soluciones alcalinas, los surfactantes, los estabilizantes, los abrasivos y los detergentes enzimáticos. Por otro lado, los agentes desinfectantes se encuentran clasificados según sus niveles de acción en bajos, que eliminan microorganismos pero tienen poco espectro de acción contra hongos, los intermedios, que eliminan bacterias vegetativas e incluso algunos tipos de esporas bacterianas, y los de alto nivel que eliminan todos los microorganismos, incluyendo esporas, hongos y virus.

Los agentes desinfectantes se clasifican además en físicos y químicos, correspondiendo al primer grupo la radiación ultravioleta, la limpieza y la aplicación de calor, y al segundo grupo, sustancias como los compuestos clorados, alcoholes, aldehídos, amonios cuaternarios, los compuestos fenólicos y biguanidas, los que pueden bloquear la función celular de los microorganismos para matarlos. Finalmente, para la esterilización se utilizan agentes físicos, como la aplicación de calor, las radiaciones y la filtración, y químicos, co-agentes oxidantes, soluciones antisépticas, óxido de etileno y formaldehído.

En próximas publicaciones que les traeremos en el blog de El Crisol, hablaremos a mayor detalle de las tareas de limpieza, desinfección y esterilización y del tipo de agentes empleados para llevarlas a cabo en el material para laboratorio para un trabajo más seguro y efectivo.

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