Medidor de ph: funcionamiento y calibrado

En los laboratorios químicos, en las industrias alimenticias y de las bebidas, en las plantas de tratamiento de agua, entre otras industrias es necesario mantener en constante monitoreo el pH de algunos productos, para poder garantizar su calidad, uso y consumo humano. Para medir el pH existen distintos métodos, desde las tiras de papel que cambian de color hasta dispositivos electrónicos especializados.

Te damos nuevamente la bienvenida al Blog de El Crisol, un espacio diseñado por nuestros especialistas para ti, en donde encontraras información y temas de interés acerca de nuestros productos que conforman nuestro catálogo. En la entrada de hoy hablaremos sobre el funcionamiento, cuidado y la calibración de un medidor de pH.

Las siglas pH hacen referencia al potencial hidrógeno de un producto o solución, que define su acidez o alcalinidad. La escala de medición va del 0 al 14, siendo los valores del 0 al 6 ácidos, el 7 neutro y del 8 al 14 alcalinos. La medición del pH es uno de los procesos en la rama química más conocidos, puesto que desde la secundaria hemos realizado la operación de medir el pH con tiras de papel que cambiaban de color dependiendo la acidez o alcalinidad de las sustancias.

Pero la importancia de este proceso va mucho más allá, puesto que en muchas industrias medir el pH de los productos y materiales que manejan, producen y distribuyen es fundamental, en especial en las industrias alimenticias, de bebidas azucaradas y agua potable, producción de jabones, champús, y demás productos de uso y consumo humano. Los motivos por lo que debe conocerse el valor del potencial hidrogeno es para producir productos que no dañen la salud de los consumidores, que los materiales usados no dañes o corroan los equipos y maquinaria, para cumplir con las reglamentaciones de cada industria, entre otros.

Por ejemplo, en la industria alimentaria el pH de los productos varía considerablemente, pero debe variar en un rango mayor a 2.4 (el ácido aproximado del jugo de limón) y menor a 7.5 (la alcalinidad aproximada de la saliva humana). Los valores mayores y menores son dañinos para la salud y altamente corrosivos. Asimismo, las variaciones en el pH afectar el sabor de los productos y su tiempo de vida.

Pero en las industrias no es rentable utilizar tiras de papel para medir el pH todas las veces que se necesita, así que gracias al avance de la tecnología se han desarrollados dispositivos para realizar esta función conocidos como medidor de pH electrónico o digital, que van desde unidades pequeñas de mano hasta modelos complejos para uso en laboratorios especializados.

Tipos de medidores de pH

Los distintos modelos de medidores de pH se pueden dividir en dos grupos generales los medidores de pH de mano en formato de bolsillo y los medidores de pH portátiles o de mesa.

Los medidores de pH de mano en formato de bolsillo son ideales para el uso en laboratorios o industrias donde las zonas para tomar las muestras a medir estén en distintos lugares o sean móviles. Cumplen con todas las características necesarias para la medición de cualquier sustancia liquida. Son la solución adecuada para una medición del pH rápida, precisa y móvil.

Lo medidores de pH portátiles o de mesa, como su nombre lo indica deber ser colocados en una mesa de trabajo, y para la medición del pH deben llevarse muestras de los líquidos y semisólidos. Si bien puede ser trasladado de un lugar a otro, no puede usarse directamente con el producto a medir. Consta de un dispositivo en forma de caja, con un brazo semimóvil donde se encuentran los sensores.

También existe modelos para medir el pH del suelo y materiales sólidos. También son portátiles, pero los sensores son internos, a diferencia de los dos anteriores que son internos. Aunque puede adaptársele un accesorio para medir el valor directamente del suelo.

¿Funcionamiento de los medidores de pH?

El funcionamiento de los medidores de pH es distinto en cada modelo, aunque en general siguen un proceso muy similar para proporcionar los resultados más precisos, lo cual es muy importante puesto que la escala de pH varia en una función algorítmica en dónde una breve variación puede representar hasta el doble de acidez o alcalinidad.

En general funcionan con un sensor de vidrio y un tubo de referencia. Asimismo, una sonda de pH que mide la actividad de los iones de hidrógeno mediante un proceso en el que genera una pequeña cantidad de tensión entre el sensor y el tubo de referencia. La tensión se mide como una corriente eléctrica y el voltaje generado en esta corriente se convierte en un valor de pH que se muestra en la pantalla digital del medidor. De esta manera se pueden realizar múltiples mediciones de cualquier líquido, semisólido o sólido que se requiera.

Algunos modelos de medidores de pH incluyen una función que se denomina compensación automática de temperatura. Para realizar esta función incluyen, además de los componentes mencionados, un termómetro que de manera automática ajusta cualquier discrepancia generada por la temperatura a una línea de base de 25° C. Para la correcta lectura de cualquier modelo se debe realizar una calibración del dispositivo, de esta manera se evitarán las lecturas erróneas.

¿Por qué es necesaria la calibración?

Todos los dispositivos de medición requieren de calibración, tanto al ser usados por primera vez como cada que es necesario, dependiendo el dispositivo y lo que va a medirse. En dispositivos tan sensibles como un medidor de pH la calibración es fundamental. La única manera de determinar si esta calibrado adecuadamente es comprobándola con una sustancia de referencia de laboratorio que cuente con una certificación estándar, que es más comúnmente conocida como “solución calibradora”.

Las soluciones calibradoras para los medidores de pH se adquieres generalmente líquidas, aunque también se pueden encontrar en polvo para ser mezclado con agua destilada o desionizada, para evitar alteraciones. Los niveles más comunes para la calibración son 4.01, 7.01 y 10.01, que cubren los rangos intermedios de ácido, neutro y alcalino.

Para la correcta calibración se debe realizar en tres puntos, de esta forma se garantiza un resultado preciso. Algunos medidores se calibran con un solo punto, aunque los fabricantes recomiendan al menos una calibración de dos puntos para un uso efectivo. Pero todo dependerá de la tecnología del medidor y el tipo de sensor con el que cuente.

Asimismo, sin importan el uso que se le dé, se recomienda al menos una calibración por semana (si es usado con regularidad) de este modo se podrán obtener los mejores resultados. Si su uso no es tan frecuente, una calibración al mes será suficiente. De igual manera si se piensa que las lecturas del medidor son incorrectas o si se utiliza únicamente para líquidos muy ácidos o muy alcalinos y se usará para medir soluciones de pH contrario, se debe realizar una calibración.

Consejos para el mantenimiento adecuado de un medidor de pH

El mantenimiento y cuidado de los medidores de pH es relativamente sencillo. Al igual que la calibración, hay cuidados específicos que dependerán mucho del tipo de medidor, la marca y el modelo. Es importante seguir siempre las recomendaciones del fabricante, de este modo podrás utilizarlo por mucho tiempo.

Aparte de los cuidados especiales recomendados por los fabricantes, se deben seguir cuidados generales. Además de la constante calibraciones, debemos realizar un mantenimiento adecuado del electrodo del medido, para asegurar las correctas lecturas y una larga vida del dispositivo. Los sensores de vidrio y tubos de referencia deben ser almacenados en soluciones especiales, formuladas con distintos elementos que se adaptan a cada tipo de sensor. La mayoría de los sensores de pH se almacenan en húmedo, aunque algunos tiene otras formas de almacenamiento especializado.

Asimismo, la limpieza de los medidores de pH debe realizarse con soluciones limpiadores que son diseñadas especialmente para ese fin. El realizar la limpieza con otros elementos puedes dañar los sensores o descalibrar el medidor. Si algún elemente es dañado, tiene la ventaja de ser fácilmente sustituible sin necesidad de adquirir otro medidor. De hecho, los electrodos de pH sólo tienen una vida útil de entre uno y dos años, posterior a eso comienzan a realizar lecturas irregulares o presenta dificultades para la calibración. En esos momentos el electrodo debe ser sustituido.

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